Capítulo Ocho
(Angy. W y ¿?)
Finalmente tuve que regresar a la realidad y afrontar lo que ahora se avecinaba. Después de la cura, el profesor Vicent nos llevó a Michael a mi ante el director. Justo cuando íbamos a entrar nosotros, vimos salir a Roberto y a Stacy con cara de pocos amigos. Aparté mi mirada e ignoré a Roberto, no me encontraba con ánimos para encararlo.
El director nos echó una impresionante reprimenda y ambos escuchamos en silencio. Gracias a que ninguno de los dos teníamos antecedentes alguno de mala conducta, sólo nos amonestó mandándonos a casa por ese día. En el fondo estaba agradecida, no tenía ganas de entrar en clase y aguantar cualquier tipo de cuchicheos.
Antes de salir y regresarme a casa, Vicent solicitó hablar conmigo en privado. Apenas estuvimos conversando diez minutos ya que enseguida comenzaba la segunda hora de clase y él tenía que impartir una. Pero lo poco que hablamos fue más que suficiente.
Me dejó echa polvo, sólo tenía ganas de llorar, así que monté en mi moto y regresé a casa sin perder tiempo alguno. En cuanto llegué a mi habitación, me dejé caer en la cama y me derrumbé.
El sabor salado de las lágrimas llegó a mis labios, estaba llorando. Las palabras del profesor Vincent aún resonaban en mi cabeza una y otra vez, como una cancioncilla que no me podía quitar.
“Carla es mi hermana pequeña. Tiene más o menos vuestra edad, unos diecisiete años. En el pasado, estuvo saliendo con Roberto. Por aquel entonces el chico ya tenía muy mala fama y a ninguno de la familia nos gustaba. Pero le concedimos una oportunidad por los ruegos de mi hermana, ella prometió que le cambiaría. ¡Cuánto nos equivocamos!. Al principio parecía que funcionaba, y durante un tiempo todo fue bien. Hasta que... hasta que Carla se quedó embarazada. Y Roberto la dejó a su suerte. No fue a verla ni una sola vez más. De esto ya hace un año que ocurrió, pero desde entonces ella no ha vuelto a ser la misma. No quiso abortar, así que dejó los estudios para seguir con el embarazo y criar a su hijo tras el parto. Después, a causa del trauma, ya no volvió a retomarlos. Y era tan solo una cría, una chiquilla... Caroline, te cuento todo esto para advertirte de qué clase de persona es Roberto. Tú eres una buena chica, así que aléjate de él ahora que puedes, no es un buen tipo. Y por lo que veo, no ha cambiado en absoluto.”
¿Por qué?, ¿Por qué me tenía que pasar esto justo ahora?. Aún recordaba la noche anterior, donde Roberto se mostraba tan dulce y vulnerable. Y todavía veía en mi interior esa mirada tan tierna cuando le dije que no me importaba su pasado... ¡Si prácticamente se me declaró!. Entonces... ¿Era todo una falsa?, ¿de verdad éste Roberto era el mismo que le hizo eso a Carla?. Y para el colmo de los colmos... ¡Tenía un hijo!.
Apreté los ojos con fuerza y me encogí en la cama, hecha un ovillo. Intentando protegerme de alguna forma del dolor, de este torrente de sentimientos que me desbordaba. Me apreté la manta a la cara, prohibiéndome sollozar. No por esa clase de hombre.
Antes de que Roberto apareciera en mi vida todo era tan normal, tan tranquilo. Michael, aunque era un pesado, por lo menos no me odiaba hasta tal punto, ni se portaba de esa manera tan incivilizada. Stacy me dejaba en paz, todos me dejaban en paz. Todo era como siempre había sido. Pero ahora... ahora estaba en medio de un huracán. Y el corazón me dolía más que nunca. Dios, ¿tan enamorada estaba de ese bastardo?, ¿cómo pude haberme creído sus palabras?. ¿Cómo pude haber caído en su red?.
Se acabó, no podía seguir así. Necesitaba hablar con el profesor Vincent de nuevo, aclarar las cosas. Esa misma tarde iría a verlo.
"En el fondo sabes que no hay nada que aclarar. Sabes que sólo es una huida, negar lo evidente para no enfrentarte a Roberto". Aparté estos pensamientos de mi cabeza y caminé hasta la habitación de mi hermano, secándome las lágrimas e intentando mantener una apariencia normal.
No me apetecía mucho hablar con él ya que sabía que estaría enfadado conmigo por lo ocurrido en el instituto. El director se encargó de ponerlo al tanto, pero Dylan era amigo del profesor y como había ido varias veces a su casa, seguro que podría ayudarme.
-Hola... -le saludé al entrar. Él gruñó.
-¿No sabes llamar a la puerta?.
Lo ignoré, no estaba de humor para discusiones tontas.
-Oye, Dylan, ¿me das la dirección del profesor Vincent?.
-¿Para qué? -preguntó, extrañado.
-Es para pedirle unos apuntes de Lengua... y para que me aclare una duda -mentí a medias.
-Queda algo lejos, y tú no conoces el lugar. ¿Por qué no esperas hasta mañana?.
-Es que es muy urgente, mañana tengo un examen sobre el tema.
Crucé los dedos por detrás de la espalda. Él suspiró.
-¿Quieres que te lleve?.
Dudé. La verdad era que si iba conmigo y entraba en la casa, me lo chafaría todo. Pero negarlo quedaría muy sospechoso, y más si vivía en una zona que no conocía. Decidí arriesgarme.
-De acuerdo.
-Bien, pues después de comer te llevaré.
El director nos echó una impresionante reprimenda y ambos escuchamos en silencio. Gracias a que ninguno de los dos teníamos antecedentes alguno de mala conducta, sólo nos amonestó mandándonos a casa por ese día. En el fondo estaba agradecida, no tenía ganas de entrar en clase y aguantar cualquier tipo de cuchicheos.
Antes de salir y regresarme a casa, Vicent solicitó hablar conmigo en privado. Apenas estuvimos conversando diez minutos ya que enseguida comenzaba la segunda hora de clase y él tenía que impartir una. Pero lo poco que hablamos fue más que suficiente.
Me dejó echa polvo, sólo tenía ganas de llorar, así que monté en mi moto y regresé a casa sin perder tiempo alguno. En cuanto llegué a mi habitación, me dejé caer en la cama y me derrumbé.
El sabor salado de las lágrimas llegó a mis labios, estaba llorando. Las palabras del profesor Vincent aún resonaban en mi cabeza una y otra vez, como una cancioncilla que no me podía quitar.
“Carla es mi hermana pequeña. Tiene más o menos vuestra edad, unos diecisiete años. En el pasado, estuvo saliendo con Roberto. Por aquel entonces el chico ya tenía muy mala fama y a ninguno de la familia nos gustaba. Pero le concedimos una oportunidad por los ruegos de mi hermana, ella prometió que le cambiaría. ¡Cuánto nos equivocamos!. Al principio parecía que funcionaba, y durante un tiempo todo fue bien. Hasta que... hasta que Carla se quedó embarazada. Y Roberto la dejó a su suerte. No fue a verla ni una sola vez más. De esto ya hace un año que ocurrió, pero desde entonces ella no ha vuelto a ser la misma. No quiso abortar, así que dejó los estudios para seguir con el embarazo y criar a su hijo tras el parto. Después, a causa del trauma, ya no volvió a retomarlos. Y era tan solo una cría, una chiquilla... Caroline, te cuento todo esto para advertirte de qué clase de persona es Roberto. Tú eres una buena chica, así que aléjate de él ahora que puedes, no es un buen tipo. Y por lo que veo, no ha cambiado en absoluto.”
¿Por qué?, ¿Por qué me tenía que pasar esto justo ahora?. Aún recordaba la noche anterior, donde Roberto se mostraba tan dulce y vulnerable. Y todavía veía en mi interior esa mirada tan tierna cuando le dije que no me importaba su pasado... ¡Si prácticamente se me declaró!. Entonces... ¿Era todo una falsa?, ¿de verdad éste Roberto era el mismo que le hizo eso a Carla?. Y para el colmo de los colmos... ¡Tenía un hijo!.
Apreté los ojos con fuerza y me encogí en la cama, hecha un ovillo. Intentando protegerme de alguna forma del dolor, de este torrente de sentimientos que me desbordaba. Me apreté la manta a la cara, prohibiéndome sollozar. No por esa clase de hombre.
Antes de que Roberto apareciera en mi vida todo era tan normal, tan tranquilo. Michael, aunque era un pesado, por lo menos no me odiaba hasta tal punto, ni se portaba de esa manera tan incivilizada. Stacy me dejaba en paz, todos me dejaban en paz. Todo era como siempre había sido. Pero ahora... ahora estaba en medio de un huracán. Y el corazón me dolía más que nunca. Dios, ¿tan enamorada estaba de ese bastardo?, ¿cómo pude haberme creído sus palabras?. ¿Cómo pude haber caído en su red?.
Se acabó, no podía seguir así. Necesitaba hablar con el profesor Vincent de nuevo, aclarar las cosas. Esa misma tarde iría a verlo.
"En el fondo sabes que no hay nada que aclarar. Sabes que sólo es una huida, negar lo evidente para no enfrentarte a Roberto". Aparté estos pensamientos de mi cabeza y caminé hasta la habitación de mi hermano, secándome las lágrimas e intentando mantener una apariencia normal.
No me apetecía mucho hablar con él ya que sabía que estaría enfadado conmigo por lo ocurrido en el instituto. El director se encargó de ponerlo al tanto, pero Dylan era amigo del profesor y como había ido varias veces a su casa, seguro que podría ayudarme.
-Hola... -le saludé al entrar. Él gruñó.
-¿No sabes llamar a la puerta?.
Lo ignoré, no estaba de humor para discusiones tontas.
-Oye, Dylan, ¿me das la dirección del profesor Vincent?.
-¿Para qué? -preguntó, extrañado.
-Es para pedirle unos apuntes de Lengua... y para que me aclare una duda -mentí a medias.
-Queda algo lejos, y tú no conoces el lugar. ¿Por qué no esperas hasta mañana?.
-Es que es muy urgente, mañana tengo un examen sobre el tema.
Crucé los dedos por detrás de la espalda. Él suspiró.
-¿Quieres que te lleve?.
Dudé. La verdad era que si iba conmigo y entraba en la casa, me lo chafaría todo. Pero negarlo quedaría muy sospechoso, y más si vivía en una zona que no conocía. Decidí arriesgarme.
-De acuerdo.
-Bien, pues después de comer te llevaré.
Asentí con la cabeza y regresé a mi dormitorio a leer un rato y ver si así me quitaba todo aquél asunto de la cabeza.
Al fin llegó el momento. Dylan cumplió su promesa y me llevó a ver al profesor. Por suerte, cuando llegamos Jane le llamó al móvil para algo urgente, así que después de dejarme en la entrada tuvo que irse.
-Saluda a Vincent de mi parte -me dijo antes de arrancar.
Una vez sola, me giré hacia la casa, preparándome. Me dirigí a la puerta y respiré profundamente antes de llamar. Para mi asombro, me abrió una chica joven, sorprendentemente parecida a mí, con un bebé en brazos.
-Hum... hola -dije-. ¿Está el profe... eh, Vincent?.
Ella negó con la cabeza, sin hablar.
-¿Sabes si volverá pronto? -pregunté de nuevo, un poco nerviosa.
-Sí, está a punto de llegar -susurró.
Esperé a que añadiera algo más pero no lo hizo, sino que se quedó mirándome fijamente. Supuse que estaría sorprendida por nuestro parecido, aunque ella tenía el pelo corto y menos pecho.
-¿Puedo pasar? -cada vez estaba más incómoda. Ella se apartó de la puerta, dejándome paso. Una vez dentro, me llevó al salón y ambas nos sentamos en el sofá, de color rojo. Sin saber qué hacer, me puse a mirar la estancia. Las paredes estaban pintadas en tonos cálidos, entre el naranja y el amarillo, y los muebles eran de madera oscura. Había varios cuadros sobre temas abstractos y personas distorsionadas estilo Picasso. Centré de nuevo mi atención en la chica.
-Soy Caroline, alumna de Vincent -me presenté- ¿Y tú eres...?.
-Carla, su hermana.
Aquello me pilló desprevenida, casi fue como una bofetada. La miré de nuevo, y después al bebé. El mismo pelo suave y negro, los mismos ojos grandes... pero azules. ¿Cómo pude no haberme dado cuenta?.
Me quedé inmóvil, perdida. ¿Qué podía decir?, quería ayudarla de algún modo, transmitirle mi apoyo.
-Yo... -empecé, pero me paré. "Iba a ser la futura novia de Roberto". Ahora pensar en ello me daba asco-. Soy compañera de Roberto.
Ella dio un respingo al oír su nombre y clavó sus ojos inquietos en mí. Mierda, la había cagado. Otra vez silencio.
-Tu hermano me ha contado lo que pasó -solté de improviso, sin poder contenerme. "¡Bocazas!", me regañé mentalmente.
-¿Qué... qué es exactamente lo que te ha contado? -preguntó asustada.
-Tranquila, estoy contigo. Prometo que te ayudaré. Haré que Roberto cargue con su responsabilidad.
-No...
-No tengas miedo, ese bastardo debe recibir lo que se merece -afirmé decidida, aunque en el fondo quería llorar.
-No, de verdad, no...
-Lo que te ha hecho Roberto es... sólo un demonio podría hacerlo. Es un ser horrible, no es digno ni de un ápice de compasión, ya me encargaré yo de que...
-¡NO PERMITIRÉ QUE HABLES ASÍ DE ROBERTO! -explotó de pronto llevada por la ira, paralizándome. El niño empezó a llorar- Él... ¡él me quería!, ¡Me quería de verdad!. Él no tiene la culpa -sollozó.
-Pero... -estaba muy confusa. ¿Le estaba defendiendo?.
-¡Él me amaba! -repitió.
-Pero, ¿es que no ves lo que te ha hecho?, ¿Lo que le ha hecho al bebé?.
-El bebé... no es suyo.
Me quedé helada. ¿El profesor me había mentido?, y en es caso... ¿por qué iba a hacerlo?. Además, ¡el niño era clavado a Roberto!.
-¿De quién es, entonces? -pregunté con un hilo de voz.
Carla comenzó a temblar, mordiéndose el labio hasta hacerlo sangrar y mirando a la criatura que tenía en su regazo.
-¿De quién? -repetí de nuevo, esta vez con un poco de miedo.
Ella negaba con la cabeza sin parar, atemorizada.
-Carla... -susurré- ¿De quién es el bebé?.
-De su padre -gimió-, de Lorenzo.
Me dejé caer en el sofá, anonadada, incapaz de reaccionar. La imagen del padre de Roberto con sus ojos azules cargados de lujuria me vino a la mente. La contemplé con horror.
-Él... él me engañó -continuó, con hipidos, soltando al fin el secreto que había guardado durante tanto tiempo-. Él me sedujo a espaldas de Roberto y yo le creí. Creí que me quería y caí en sus redes. Cuando supo que estaba en cinta y que el bebé era suyo y no de su hijo, me abandonó. Yo nunca le confesé a mi hermano que el niño no era de Roberto ya que temía que me regañara o algo peor... Pero él si lo supo y se enfadó mucho conmigo y con su padre. En venganza, dejó de hablarle y respecto a mi, fue hablando mal de mi persona y me creó una muy mala reputación de la que aún no me he librado. Por mi culpa y malas decisiones perdí a un buen chico que me quería... -no pudo acabar, rompiendo en un sonoro llanto. El niño también lloraba a todo pulmón.
Yo estaba demasiado desconcertada y no sabía qué decir. Simplemente me acerqué más a ella y la abracé para consolarla.
-¿Caroline? -el profesor Vincent entraba en ese momento, mirándonos alarmado- ¿Qué haces aquí?, ¿qué ha pasado?.
Nota: Aclararos que este final ha sido "cambiado" un poco por que creí que así quedaba mejor. Ahora os dejo el que ella puso y opináis, vale?:
-Él…él me engañó-continuó, con hipidos, soltando al fin el secreto que había guardado durante tanto tiempo-Me citó en su hotel diciéndome que quería hablarme de Roberto y me…me…yo grité e intenté escapar pero nadie venía a ayudarme y él me agarraba y…-no pudo acabar, rompiendo en un sonoro llanto. El niño también lloraba a todo pulmón. Yo estaba demasiado desconcertada y horrorizada para hacerlo.
-¿Caroline?-el profesor Vincent entraba en ese momento, mirándonos alarmado-¿Qué haces aquí? ¿Qué ha pasado?
Entonces... ¿qué opináis?, ¿pensáis que es mejor el final alternativo que yo puse, en el que Roberto se siente traicionado y por eso creó una mala reputación a Carla y se lleva tan mal con su padre?. Recordad que la dejó de lado durante todo el embarazo por que él fue arrestado. Y volviendo a lo de antes... ¿Preferís mejor el final que hizo Angy. W donde pinta a Lorenzo como un violador y a Roberto un desarmado por haberla abandonado después de lo que su propio padre le hizo?. Yo creo que queda mejor el que yo escribí, ¿que opinan?. Y cambiando de tema... ¿quién se anima a continuar esta historia?. Si quieres ser tú la que lo haga, ¿a que esperas para dejárlo dicho y ponerte manos a la obra?. ¡Vamos!, que se está poniéndo la cosa super mega interesante!, jejeje.
¡Comenten por favor!
me quedo con tu final, creo q si roberto tiene su lado tierno, pues definitivamente la hubiera apoyado!!!
ResponderEliminarHola:Por como esta progresando la historia entre Roberto y Caroline.Me quedo con tu final.Donde roberto fue un chico dulce y enamorado pero con un padre desagradable y una novia que no era su alma gemela.Formaron una persona al inversa de lo que es su corazon, el que tiene bajo 7 llave.
ResponderEliminarcreo que es mejor tu final, porque no tendría sentido que él la hubiera dejado abandonada a su suerte de esa forma después de una violación
ResponderEliminarHola de nuevo Dulce! Como siempre estoy encantada de leerte, y creo que esta historia está quedando genial.
ResponderEliminarYo tb me quedo con tu final, porque va más con la personalidad elegante y fría del padre y también con la de Roberto. Pero eso de que Roberto la difamó y habló mal de ella no se si me cuadra con la personalidad de Roberto, a lo mejor me gustaría más que hubiese dejado de hablarle y ya está. Así tenemos la incertidumbre del reencuentro, no sé... De todas formas me encanta como está, super interesante, y es muy difícil seguirla. La verdad es que da miedito hacer una continuación, pero para seguirla en algún momento creo que me animo, tú nos dices. Besoss
Me gusta como va quedando la historia. Yo tambien me quedo con tu final...
ResponderEliminarHola!! He estado ausente por un tiempo y por lo tanto he perdido el hilo de la historia. Si hay algún link donde esté todo lo que va de obra, me gustaría que si puedes me lo hagas llegar. Gracias!!
ResponderEliminarHola!! Esta vez si que esta corregida a mas no poder!! xD pero ya va bien, porque tal como lo escribí yo era muy poco realista. En realidad, con mi final quería dar a entender que Carla huyo por el miedo y ya no quiso volver a ver a Roberto, y este no sabia nada de la violación ni del bebe. Pero este final también me gusta :D
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