Mágica cita
Susana se empezaba a impacientar. Su cita se retrasaba y allí estaba ella, en medio de la feria de su pueblo, sola y con un inmenso amuleto mágico en el cuello que, para cualquier no iniciado, era sencillamente ridículo. Comenzaba a sospechar que su amigo por internet, al que había conocido en un chat sobre magia, no era más que un farsante, o un bromista o, los dragones no lo quisieran, un mago oscuro que le había tendido una trampa. Por eso había elegido la feria como lugar de encuentro, porque era menos probable que decidiera atacarla allí, si es que realmente era un enemigo y no un pobre muchacho al que le habían surgido los poderes de manera espontánea, como afirmaba. Pero de ser eso último… ella se convertiría en su patrona y conseguiría un ascenso en la jerarquía de la escuela de magia.
Alex llegaba tarde, pero no había sido culpa suya que esos extraños poderes mágicos que habían aparecido en él hubieran provocado un incendio en su cama cuando se había asustado por el estúpido gato negro que había aparecido en su ventana de repente. Esperaba que su cita no se hubiera marchado ya, porque algo le decía que sólo ella sería capaz de ayudarle. No en vano, había sido la única maga de todo el chat que se había dignado a hablar con él y parecía que le había creído. Sólo esperaba que el chat fuera de fiar ––la dependienta de la tienda de magia de debajo de su casa así lo había afirmado–– porque no podía seguir así. Cuando llegó al punto de encuentro, no pudo evitar estremecerse… porque si la chica que llevaba ese estrafalario colgante era su contacto con el mundo de la magia estaba en un buen lío.
Estupendo, pensó Susana cuando vio a Alex. Tenía que aparecer él justo ahora. Ese idiota la había atormentado desde que tenía uso de razón con bromas crueles y burlas sin sentido, hasta convertirla en la más marginada de entre las marginadas y conseguir que no la hablaran ni los profesores. Una vez había logrado lo que quería, se limitó a ignorarla junto al resto del mundo. Por suerte, habían comenzado la universidad y hacía dos años que apenas se veían más que para algunos actos del pueblo en los que Alex no dudaba en ponerla en ridículo. Hasta ese momento, porque la estaba mirando y se acercaba a ella con una extraña mueca en el rostro. Miró hacia ambos lados, buscando una vía de escape, pero estaba literalmente entre la espada y la pared.
-La luna brilla con destellos de plata y oro sobre tu amuleto -dijo él en tono contrito. Susana abrió mucho los ojos por la sorpresa.
-No estás hablando en serio. ¿Tú eres Chico con poderes? -consiguió decir después de un rato mirándole atónita. Alex la miró sonrojado y asintió, mientras la furia acumulada después de tantos años comenzaba a emerger-. Pues ya te estás buscando a otra maga que te ayude -gruñó girándose para esquivarle y marcharse de la feria.
Alex, desesperado, la agarró del brazo y una descarga eléctrica les mandó a cada uno en una dirección. Siempre le pasaba lo mismo cuando se ponía nervioso: esos extraños poderes salían a la luz.
-¿Estás loco?. ¡No puedes usar tus poderes en público! -le gritó ella enfurecida.
-¡Como si pudiera decidir cuándo usarlos! -le gritó él a su vez, tras lo cual se sintió increíblemente débil y dijo en un susurro-. Por favor. No sé a quién más acudir.
Susana frunció el ceño, se levantó y le agarró del brazo bruscamente, arrastrándole a una zona sin gente.
-¡Lo que hay que hacer por la Escuela del Dragón! -exclamó sin siquiera mirarle, comenzando a andar de un lado para otro-. Bueno, está claro que tienes poderes y que no los controlas en absoluto. Sólo por eso deberías ser aceptado como aprendiz por la escuela. Pero no me hace ninguna gracia ser tu patrocinadora, porque eso implicaría pasar algo de tiempo contigo, así que te llevaré a la escuela más cercana para que se celebre una reunión y puedas…
Susana se interrumpió cuando vio un gato negro a la entrada del callejón.
-¿Para que pueda qué? -preguntó mirando en su misma dirección-. Oh, es otra vez ese estúpido gato…
-¿Te ha seguido?.
-Se ha encariñado conmigo y me sigue a todas partes. Por su culpa he provocado un incendio en mi habitación.
-¿Has usado tus poderes delante de él? ¡Estúpido! ¡Es un transformista! -le reprochó mientras le agarraba nuevamente del brazo y tiraba de él en dirección contraria al gato, que bloqueaba la salida a la feria y comenzaba a transformarse en algo que no tenía nada que ver con un felino. No hizo falta mucho más para que Alex comenzara a correr junto a ella como nunca antes en su vida, hasta que adelantó a Susana y acabó por arrastrarla él a ella.
-¡Al suelo! -gritó Susana, haciéndole caer mientras una forma alada pasaba sobre sus cabezas. La joven comenzó a recitar un encantamiento y a mezclar los componentes con habilidad, acabando justo un segundo antes de que la bestia les alcanzara de nuevo.
Alex pudo apenas discernir unos ojos rojos entre humo negro con una forma vagamente humana y alada que se había quedado suspendida en pleno vuelo.
-¿Qué demonios…
-Pues eso exactamente. Vamos, hemos tenido suerte, no es de los fuertes, pero aun así no durará mucho, así que corre.
***
Horas después, Alex esperaba en una sala vacía de una mansión que había a las afueras del pueblo, que no tenía ni de lejos el mismo aspecto por dentro que cuando él y sus amigos habían entrado a pasar la noche en ella hacía unos años con la esperanza de ver un fantasma.
-Las ilusiones mágicas son muy fáciles de hacer, y consiguen dar una buena reputación siniestra a un lugar. Apuesto a que entonces creísteis ver fantasmas y decidisteis no volver a entrar -Alex se volvió asustado y se vio sentado junto a un anciano al que no había visto entrar en ningún momento-. Pues estaba aquí cuando has llegado y casi te sientas encima de mí, muchacho. Tienes mucho que aprender, si es que consigues un patrón. Ahora mismo, la única persona disponible es precisamente la única persona que no quiere tenerte cerca.
Alex suspiró profundamente y miró al techo.
-No le caigo muy bien.
-Es lógico, teniendo en cuenta que has hecho de su vida entre los normales un infierno.
-Ni yo mismo sé muy bien por qué. Cuando éramos pequeños la adoraba, pero desde los seis años cada vez que la veo siento el irresistible impulso de meterme con ella.
-Pues eso no es muy normal. ¿Me permites?.
Alex se tensó, pero finalmente asintió. Después de todo, ese hombre ya le había leído la mente y de todas formas estaba demasiado cansado como para negarse a nada. El anciano le puso una mano en la frente y cerró los ojos unos segundos.
-Vaya, vaya. Sí que no era normal. Alguien lanzó sobre ti un conjuro de repulsión contra ella.
-¿Quién?, ¿y por qué?.
-
¿Quién sabe?. La cuestión es que se puede retirar fácilmente, y puede que esto incline la balanza a tu favor en su decisión de patrocinarte.
¿Quién sabe?. La cuestión es que se puede retirar fácilmente, y puede que esto incline la balanza a tu favor en su decisión de patrocinarte.
***
Susana pensaba en lo que debería hacer, intentando ignorar a los maestros del consejo, que no paraban de enumerar las ventajas de patrocinar a un normal con poderes.
-Sí, ya lo sé. Pero francamente, dudo que todo eso compense la satisfacción de no ayudar a ese cretino.
-Ese cretino ha sido atacado por un transformista. Es poderoso.
-Si el transformista hubiera sido de los fuertes no estaríamos aquí. Tampoco es tan poderoso.
-Pero aun así…
-Pero aun así sigue siendo un abusón que me ha hecho la vida imposible toda la vida. No quiero tenerle cerca.
-¿Y si no hubiera sido culpa del muchacho? -preguntó la voz del más anciano de los magos, que había estado ausente hasta el momento.
-¿Y cómo no iba a serlo, maestro?.
-Por un conjuro de repulsión.
-¿Desde los seis años?.
-Pues sí. Lo he comprobado yo mismo, jovencita, y acabo de retirarlo. Así que, ya que tu argumento ha dejado de sostenerse, haz el favor de aceptar. Sólo podrás salir beneficiada.
-Con conjuro de repulsión o sin él, no deja de ser un idiota.
-Es posible. Tan idiota como tú si no aceptas esta oportunidad. Pasarán años antes de que se vuelva a presentar, y lo sabes.
Susana meditó un rato con la mirada en el suelo y finalmente fijó sus ojos en el anciano.
-Está bien. Seré su patrona.
...
Y Déborah F. Muñoz nomina (al azar y de la mano de Random.org) a:
Memetin y Rossiel Black
(no publicar)
ResponderEliminaralgo similar tenía pensado, pero tenía pensado meter algo más de enredo.
Verás, al día siguiente ella hace lo posible por evitar a Roberto, pero él la aborda y acaba por quedar con él en su casa un poco más tarde. Ahí puedo meter lo del dibujo, porque es una forma genial de meter a Carla. Pero ¿no te das cuenta de que hemos dejado de lado a un personaje importante? ¡Lorenzo! Cómo no, no puede resistirse y va a intentar ligarse a la nueva novia de su hijo... pero es su hijo el que abre la puerta...
¿qué te parece? creo sinceramente que Lorenzo debería entrar en escena cuanto antes: por cómo se le ha descrito queda poco creíble que el tipo se quede al margen así por las buenas
¡Oh! Es genial! Me encanta! La Escuela del Dragón, tiene una pinta impresionante!!!
ResponderEliminarMuy lindo!! Ya quiero leer lo que nos preparen las demas chicas!! Muy buen comienzo!
ResponderEliminarMe lo llevé para leerlo, jiji
ResponderEliminarBesotesssssssssss
A cuantas nuevas socias tengo que darles la bienvenida, jajaja
ResponderEliminarOhhhh, Deborah!!!! XD ok, challenge accepted. Veamos qué me sale y si logro responderlo en dos días, yeah!
ResponderEliminarSaludos~
Que buen comienzo!! :D Me ha gustado mucho, aunque me acabo de enterar de este reto xD
ResponderEliminarHola Guapa! Pasaba a decirte que me encanta la historia y felicitar a la autora, espero que sigan asi quienes tengan que continuarla.
ResponderEliminarPor cierto, por motivos personales tuve que cambiar el nombre de mi perfil en Blogger, pero mi blog y yo seguimos siendo los mismos.
www.gritosalairebypola.blogspot.com
Y de paso te dejo muchos besos y recuerditos, volvere pronto. Besos.
Ufff, hace dias que lo leí, pero se me olvidó comentar, jajaja
ResponderEliminarMe encantó, está genial escrito, disfruté de su lectura.
Besotessssssss