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martes, 22 de noviembre de 2011

CONTINUACIÓN DE LA HISTORIA QUE ESTOY ESCRIBIENDO Y QUE TODAVÍA NO TIENE TÍTULO

Fragmento Anterior:

Vos, la del cabello color fuego -dijo una voz masculina sacándola de sus pensamientos. La marcha se había detenido y ella casi se da de bruces con la quinceañera que iba delante suya. Había estado tan concentrada en sus generosos pechos casi expuestos, que no se había percatado de ello—. Sois la mejor mercancía que dispongo en estos momentos y por ello, seréis expuesta en último lugar -continuó diciendo el hombre que sostenía un látigo y la contemplaba con una mirada amenazante, dirigiéndose a ella—. Apuesto a mi mejor semental a que, los nobles que están ahí dentro esperando, ofrecerán mucho por vos en la subasta.



Un temblor violento la sacudió de golpe, provocando que sus piernas flaquearan hasta tal punto que éstas amenazaron con doblarse por la mitad. Todo su cuerpo parecía un flan y no era para menos, aquél mal nacido acababa de confirmarle lo que sospechaba, que iba a ser vendida... Y la idea de que luego, su amo, la utilizase como una herramienta sexual, le provocaba náuseas. "¿Y si el hombre que ose en comprarme es un ser horripilante, seboso y feo?", se preguntó Diana con temor, a la vez que controlaba una arcada.

Una vez más, los nervios se habían asentado en la boca de su estómago, haciéndola gemir de dolor. Tenía las manos sudorosas, el pulso le latía con frenesís y su corazón bombeaba a tal velocidad que, por un momento, Diana pensó que se le iba a salir del pecho... Y la cosa se puso peor cuando dicho individuo abrió la puerta que se encontraba al final del pasillo y se perdió tras esta, dejándola entreabierta.

Diana se mordió el labio inferior mientras esperaba a ver qué pasaba, aunque estaba asustada no podía evitar sentir curiosidad. Dio un respingo cuando el hombre del látigo entró de nuevo poco después y comenzó a dar órdenes.

Los otros cuatro hombres armados también con látigos y espadas, que trabajaban para él, obedecieron su mandato. Tenían que dividir al grupo donde ella era integrante, en grupos de cinco personas. Lógicamente, como Ian, el jefe, había dispuesto, ella formó parte del último grupo que sería expuesto.

La puerta de madera robusta fue abierta una vez más e Ian, junto con uno de sus hombres y el primer grupo de cinco prisioneros, la atravesaron en silencio. Y una vez más, la habían dejado mal cerrada.

En la posición en la que se encontraba, que era justamente la más alejada, Diana no pudo ver que había tras ésta, pero sí pudo escuchar las voces que allí resonaban. Por la multitud de diversas voces masculinas que oyó, la joven dedujo que allí debían de haber más de diez personas por lo menos, y todos ellos de muy buen humor por las risas y carcajadas que profesaban de manera tan abierta.

Entre todas ellas, reconoció la de Ian, que se hacía oír a la fuerza alzando la voz. El hombre estaba haciendo su papel de vendedor, explicando las cualidades de su mercancía humana. Luego se oyó unas telas siendo rasgadas, precedidas por unos gritos femeninos ahogados. A Diana se le puso la piel de gallina al oírlos. "¿Que pasaba allí adentro?", se preguntó la joven intentando ver algo, pero le fue imposible. Cuando dio un paso hacía delante para estar más cerca y así intentar a ver si veía algo, el fornido hombre que se hacía cargo de ella y de su grupo, la agarró de sus cabellos pelirrojos frenándola en seco y obligándola a que volviera a su lugar.

—Señora, no quisiera verme obligado a golpearla —le dijo, aún sin soltarle el pelo—. Vos sois muy bella y de seguro pagarán mucho por vuestra persona... No sería conveniente magullarla —se acercó más a su rostro, rozándole la mejilla con la suya propia, mientras le susurraba —. Pero si me veo obligado a hacerlo, no dudaré en azotarla.

Y tras esas palabras amenazantes, el hombre sacó la lengua y lamió su sonrojada mejilla antes de soltarle el pelo y alejarse de ella. Sus otros compañeros que observaban la escena, rieron abiertamente.

Diana pasó de sentir miedo y curiosidad, a sentir rabia e ira. Gustosamente molería a patadas a todos esos patanes, eran unos cretinos y se merecían eso y mucho más.

La puerta abriéndose de nuevo la sacó de sus pensamientos. Ian entraba esta vez acompañado solamente de su empleado. Las prisioneras, puesto que el primer grupo estaba formado únicamente por mujeres, ya no les acompañaban.

No se demoró mucho allí con el resto, pues tomó al segundo grupo y los obligó a que siguieran los mismos pasos que habían seguido el primer de ellos. Esta vez, entre los cinco prisioneros, habían dos chicos de constitución delgada. Los únicos hombres cautivos.

Eso le hizo en qué pensar... "Si todos ellos iban a ser vendidos como esclavos sexuales... ¿Para qué querían a esos hombres?. Quizás para darles otra utilidad, o puede que hubieran también mujeres nobles allí adentro dispuestas a comprar... Incluso cabía la posibilidad de que alguno de ellos compraran uno para luego regalárselo a su esposa como un juguetito... O hasta podía ser que a alguno de esos nobles fueran gays..."

La puerta abriéndose de nuevo y repitiéndose otra vez la misma operación, la hizo interrumpir su diatriba y concentrarse en lo que le rodeaba. Ahora solamente quedaba su grupo por ser expuesto, estaba muy cerca de la dichosa puerta y las voces y apuestas se oían más fuertes y con más claridad.

Echó una mirada al guardián que la custodiaba, el mismo que la había amenazado, y comprobó que estaba distraído sobándole los pechos a una de sus compañeras. Viendo la oportunidad que se le presentaba, la aprovechó y se acercó más a la puerta y observó lo que había tras esta.


CONTINUARÁ...

7 comentarios:

  1. se me pone la piel de gallina, tienes q continuarla!

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  2. Cada vez estoy más enganchada a esta historia...
    Ojalá le encuentres un buen título pronto, se lo merece.
    Bss

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  3. mamma mia!!! que sádico que suena, que erótica , que sexy , joia!!! suena a bacanal de sexo y lujuria !
    a ver , el nombre cito que le pones....SADISMO EN EL HARÉN -
    Seguro que triunfasssss- no te cortes y hazlo muyyyy sexual -
    mil besosossss

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  4. Esta muy bueno Dulce... con mucha intriga. Espero la continues...

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  5. No puedes dejarlo en el mejor momento...TT_TT

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  6. Dulce, nos has dejado con la intriga!! Eso no vale, yo quiero saber que le ocurrirá. Espero la continuación pronto ^^ Un beso

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  7. Increible ^^ Venga, que llega el momento culminante. Habrá látigos y azotes? :D

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