¡Hola, miembros del club!
Aquell@s que me conocen, saben que antes mi loquita cabeza no paraba de dar vueltas y vueltas, inventando retos e ideas nuevas... Pero por razones de falta de tiempo, ésa faceta la tenía algo abondonada... Sin embargo, esta noche la retomo con un viejo reto que dio como resultado, en su día, la creación de la historia romántica-juvenil: "Hilo rojo del destino".
En esta ocasión, me gustaría que creáramos entre todas las socias y los socios del club que lo deseen, una historia partiendo del comienzo que os pondré más abajo de este post.
Cada participación, que correspondrá a un capítulo, no debe ser muy extenso (no más de 6 páginas, por favor) y debe de presentarse en las mejores condiciones, evitando cometer demasiadas faltas. Luego, el siguiente capítulo debe cumplir las mismas condiciones de extensión y calidad. Y, ¡cómo no!, deberá de estar bien tejido, que tenga sentido y se respete la información que se aporte en el capítulo anterior. Y así seguiremos, capítulo tras capítulo, hasta que consigamos darle forma a la historia y alcancemos el final.
No tenemos modo de saber cuántos capítulos constará la historia creada en conjunto, eso depende de cómo se vaya desarrollando la historia.
La idea principal y los datos/pautas a tener en cuenta, son los siguientes:
1- La protagonista femenina se llama Jessica, Jessi. El masculino, o bien puede ser Richard o Jack; eso depende de lo que vaya surgiendo y del protagonismo que queramos darles.
2- Los personajes serán adolescentes, cerca de cumplir la mayoría de edad o con la misma recién cumplida.
3- Todos ellos, o la mayoría, serán estudiantes, si van al mismo instituto, es lo de menos.
4- Será de corte juvenil y romántico, así que nada de escenas subidas de tono.
5- Podéis convertirla en una historia paranormal o no, pero llevad cuidado con las palabras a utilizar y con las escenas calientes, que como he dicho antes, debe ser apto para todas las edades (aunque no por ello, no dejará de poderse hablar de encuentros sexuales o cosas de ese estilo, pero sin ser demasiado explícito ni decir más de lo debido).
Para participar, hay que anotarse dejando un comentario en esta entrada, diciendo que se desea participar. Los tres primeros en anotarse, escribirán el segundo capítulo, partiendo del que voy a dejar más abajo en este post. Luego, se publicarán las tres aportaciones y se someterán a voto. El capítulo que más guste, será el que pasará a formar parte del proyecto.
Espero haberme explicado bien. L@s que ya participaron en el otro reto similar a este, seguro que se acuerdan de cómo funciona la cosa... Los que no lo hicieron, si tienen alguna duda, que pregunte..
Espero que a tod@s aquell@s que les gusta escribir y los retos, se apunten y participen. ¡Odiaria tener que cancelar el proyecto!
Y si todo sale bien, al final, la historia, al igual que Hilo rojo del destino, será publicada bajo el sello del club.
Bueno, aquí les dejo el primer capítulo (una historia que comencé hace como 4 años y que nunca continué y que se utilizó en otro reto diferente a este):
CAPÍTULO 1
JACK & RICHARD
Jessica
estaba terminando de colocar la libreta de apuntes en la taquilla que
le correspondía, cuando su amiga Emy le dio un ligero codazo en las
costillas para llamar su atención.
—Jessi, mira quién viene por ahí —le susurró ésta al oído.
La
muchacha sacó la cabeza de larga melena, oscura como la noche sin luna,
de detrás de la puerta de metal, y miró en la dirección que indicaba su
amiga.
A
pocos metros de donde ellas se encontraban de pie, estaba Richard, el
guaperas del instituto, caminando con paso distraído mientras cargaba su
vieja mochila de un hombro y hablaba con un colega suyo. Por
un momento sus miradas coincidieron y Jessica, ruborizada por ser
pillada espiándolo de manera tan descarada, volvió a meter la cabeza en
la taquilla deseando que la tierra se abriera y se la tragara.
«¡¿Cómo podía ser ese chico tan irresistible?!»
—¡Hola, Jessica! —Saludó el muchacho de cabellos rubios, con una voz masculina y juvenil, llena de picardía.
«¡Oh, mi Dios!, ¡el chico más guapo del instituto me está saludando, a mí, a una vulgar y corriente alumna!»
—Hola —respondió ella con voz débil, casi en un susurro.
La
muchacha, temiendo acabar tartamudeando, no dijo nada más; siempre se
sentía como un flan en presencia de Richard, y de seguro, acabaría
haciendo tal cosa, si dijera algo más.
—Celebro haberte encontrado sin apenas esfuerzo; te estaba buscando —dijo
él con voz seductora, dedicándole una linda sonrisa ahora dibujada en su
rostro lleno fracciones masculinas y bellas, mientras ella tragaba
saliva nerviosa perdida—. Quería preguntarte si tenías planes para esta noche...
«¿Qué sí tenia planes para esa noche? Es que acaso... ¿Richard tiene pensado invitarme a salir o algo así?»
Ella
lo miró incrédula, sin terminar de asimilar que Richard, su amor
platónico, estuviera buscándole y preguntándole algo así. De ahí que no
supiera qué responder. Un chico como Richard no se fijaba en una
muchacha como ella. No era fea, en absoluto, pero tampoco era un
tremenda belleza. Su figura era quizás más delgada de lo que se
consideraría normal, pero al menos lleno de curvas allí donde deberían
estar. Su larga melena morena le llegaba casi a la altura del trasero y
sus ojos color miel no eran nada del otro mundo. Para ella, eran muy vulgares. En definitiva, se consideraba un chica más
del montón, nada excepcional.
En
cambio él era todo lo contrario. Tenía el pelo rubio, ondulado y con un
brillo casi inhumano; sus ojos eran tan azules como un cielo despejado
en verano. Y su figura... ¡Menudo cuerpazo! Atlético y esbelto, sin
dudas, la envídia de muchos.
—Tenía pensado estudiar para unos exámenes que tengo dentro de una semana —le dijo desviando la mirada y clavándola en sus uñas bien cuidadas—. ¿Por qué queries saberlo?
—Esta noche estrenan en el cine una película que quiero ver y pensé que, quizás, querrías ir también. ¿Te apuntas?
A
Jessica casi se le doblan las rodillas y cae de bruces al suelo tras su
invitación. Su cuerpo parecía de goma en aquellos instantes.
«¿Acaba de pedirme una cita el chico del que creo estar enamorada?»
—Ahora mismo no sabría decirte. Déjame que lo piense, ¿vale? —respondió finalmente tras una pequeña e incómoda pausa.
—Está
bien, en ese caso déjame que te dé mi número de teléfono para que
puedas darme una respuesta cuando lo tengas claro, ¿te parece bien? —comentó mientras sacaba de la mochila un trozo de papel y lo anotaba, sin esperar una respuesta por parte de ella—. Aquí tienes. La esperaré impaciente.
Y
después de otra genuina sonrisa, de esas de infarto donde se muestran
una hilera de brillantes dientes blancos, se marchó con su colega; éste
había estado observando en silencio toda aquella extraña escena.
Cuando
los dos se perdieron en la siguiente esquina y ya no estaban a la
vista, Emy explotó tras haberse estado manteniendo al margen también:
—¡Tía, no me lo puedo creer!, ¡si no lo hubiera oído, y también visto con mis propios ojos, no me lo habría creído! —exclamó la joven muy entusiasmada y luego, poniendo un semblante más serio, añadió—:
¿Y qué es eso de que aún no lo sabes? Llevas todo lo que llevamos de
curso deseando que él se fije en ti y ahora que parece que lo ha hecho,
¿le vienes con estas, con que no sabes si ir o no? ¡No hay quién te
entienda, chica! —Se notaba que la pelirroja, se encontraba confusa y exasperada ante el comportamiento tan extraño de su mejor amiga.
Lo
cierto era, que ni Jessica sabía lo que se hacía. Solamente tenía claro
que aquello que acaba de acontecer era como un sueño hermoso, y temía
que si aceptaba, acabase en pesadilla. Sin embargo, si no se arriesgaba,
jamás sabría lo que hubiera podido pasar en el caso de aceptar. Por eso
decidió intentarlo, ya que tampoco tenía nada qué perder.
Tras
esa decisión en mente, ahora lo que tocaba era pedir cita con su
estilista para que la tuneara, ponerse sus mejores ropas, y estar
reluciente para cuando ambos se vieran esa noche.
***
Una hora después de que se produjera el encuentro en el instituto, quedó con él en la puerta del cine a una hora determinada, por medio de
un mensaje, ya que era la única manera en la que ella se sentía más
valiente y segura como para hacer tal cosa. Cara a cara o sencillamente
hablando, era demasiado para ella; en lo referente a Richard, era muy
tímida.
Tras
casi dos horas a manos de su querido y fiel estilista, lucía bellísima,
con uno top negro ceñido y unos jeans vaqueros ajustados. No obstante,
cuando se disponía a arrancar su motocicleta, va y se encuentra con que
la jodía no ¡quería hacerlo! Sin embargo, después de varios intentos y
de maldecir unas cien veces por lo bajo, lo acabó consiguiendo. Pero aún
así, aún con esas, llegó tarde a la cita; la película ya había
comenzado y Richard no estaba a la vista.
Y
ahora, en el presente, se encontraba hablando con él por teléfono, mientras su flaco
culo estaba metido en los aseos de hombres. No era que a la joven le
gustase visitar esos sitios... No, ni mucho menos, pero es que fuera, en
la cola del cine, había mucho ruido y no lograba escuchar bien lo que
el chico le decía por la otra línea. Y el aseo de mujeres estaba más que
descartado, ya que, como de costumbre y ocurre en todos lados, había una cola impresionante. Y ella, que ya llegaba
tarde, no podía esperar más. Así que, se metió en el de chicos que por
alguna extraña razón, siempre tenía menos tráfico y nunca había cola.
—Pensaba que ya no ibas a venir —Le acaba de decir Richard con voz seria, justo cuando ella había cerrado la puerta.
—Bueno,
las cosas se complicaron. Pero ya estoy aquí, apunto de ir a las
taquillas a comprar la entrada. ¿En qué asiento y filas estás? Es para
coger la de al lado si hay butaca disponible, o, al menos, la más
cercana...
—De acuerdo, espera que lo mire y ahora te digo —Hizo
una pequeña pausa para hacer tal menester, y antes de que respondiera,
Jessi escuchó de fondo, la voz estridente de Anna que en ese instante
le comentaba algo gracioso a Richard... ¿Qué hacía Anna allí, con él?—. Mira, estamos en la fila 9, butacas 12 y 13...
—¿Estamos? —Soltó Jessica con voz incrédula.
—¿No te dije que vendría acompañado? —Intentó que su voz sonara con un matiz de preocupación. Sin embargo, resultó ser una mala imitación—. Anna está aquí conmigo, ¿tú no tes has traído también a un amigo?
—Yo... —no
sabía qué responder tras la desagradable sorpresa que se acababa de
llevar. Se sentía en esos momentos, como si le hubieran echado por
encima un cubo de agua fría.
«¡¿Cómo se ha atrevido el cara dura, a hacerme algo así?!», se preguntó para sus adentros toda indignada, una furiosa Jessica. «¡Qué
ilusa he sido! Si yo tenía razón cuando me pareció muy raro que él se
fijara en mí.. Seguro que lo hizo para burlarse y divertirse un rato,
¿no? Porque si no fuera el caso, no estaría ahora mismo con Anna, "la
chica fácil" del instituto, ¿verdad?. Aunque es cierto, que tampoco me
especificó que íbamos a estar solos y que lo que me proponía era una
cita... ¡Qué lio!»
En ese momento, entró en los aseos donde ella se contraba ensimismada, un chico, sacándola de sus caóticos pensamientos. El
muchacho se quedó notablemente sorprendido al verla allí, una chica en
el aseo de hombres en vez de estar en el de las mujeres, pero no dijo nada; fue directamente al lavamanos y
comenzó a lavárselas en silencio.
Era
realmente tremendo, de unos dieciocho años más o menos. Iba todo de
negro y cada prenda se ajustaba perfectamente a su musculosa y
corpulenta figura. No estaba cachas en exceso. No, aunque era cierto que
estaba fibroso y con las suficientes anchuras como para recalcar que
era un hombre fuerte. Sin dudas, un buen espécimen de hombre. Y más con
aquel pelo moreno que lucía salvaje, todo revuelto y a lo loco sin dar
la impresión de ir despeinado, y aquellas facciones tan masculinas
rozando la perfección.
Y
cuando sus miradas coincidieron a través del espejo, Jessica casi se
atraganta con la belleza de aquellos ojos negros azabache, que con tanta
intesidad se fijaban en los de ella.
—Un momento, Richard, ahora seguimos hablando —dijo al fin, cortando la llamada, tras apenas un par de minutos de un incómodo silencio.
Jessica
guardó el móvil en el bolsillo trasero de sus pantalones y luego,
armándose de valor, se acercó al chico que ya estaba apunto de salir.
—Espere un momento, por favor —Soltó de golpe, sin medir las palabras. Y
luego, cuando obtuvo la atención del desconocido, la propuesta que
tenía en mente proponerle, le pareció absurda. Sin embargo, ya era
demasiado tarde para dar marcha atrás. Además, ella estaba desesperada—. ¿Puedo pedirle un favor?
—¿Qué puede querer de mí una chica tan linda como tú? —respondió el morenazo, con una sonrisa ladeada.
—Mire,
sé que esto le va a parecer absurdo, pero es que resulta que tengo un
amigo que me mola mucho, pero él parece no darse cuenta. Habíamos
quedado para ir al cine, y yo pensé que era una cita y ahora resulta que
ha venido con otra amiga... y yo... —Ya no sabía cómo continuar y las palabras se le trababan en la lengua—. Bueno, pues yo he pensado darle celos o algo así, a ver si de esta manera se fija en mí de una vez...
—¿Y en qué puedo ayudarte yo? —respondió el chico, que en ningún momento había dejado de sonreír mientras la escuchaba balbucear toda nerviosa.
Sin
dudas, todo eso le parecía gracioso. Seguramente pensaba que estaba
tratando con una adolescente con ideas infantiles... Y podría ser que no
se equivocara... podría...
—Me preguntaba, si estás sólo, sin compañía...
—Bueno, en realidad he venido con unos amigos, pero eso no será problema alguno si lo que piensas ofrecerme me acaba pareciendo interesante —confesó sin dejar de mirarla fijamente, y sin apartarse de la puerta donde se encontraba de pie con los brazos cruzados—. Escúpelo.
—Pues yo... Yo había pensado... En fin, ¿te gustaría venir conmigo a ver una peli y fingir que somos "muy buenos amigos"?
«¡Ya está, ya lo he dicho!», se dijo la joven, tras liberar el aire que tenía retenido en los pulmones.
La sonrisa del joven se amplió a más no poder, mostrando una hilera blanca de dientes más perfectos si cabe que los de Richard, tras escucharla lanzar su propuesta, su plan.
La sonrisa del joven se amplió a más no poder, mostrando una hilera blanca de dientes más perfectos si cabe que los de Richard, tras escucharla lanzar su propuesta, su plan.
—Por cierto, me llamo Jack —soltó antes de darle una respuesta mientras le extendía una mano—. Si quieres que seamos "muy buenos amigos", creo que al menos tendríamos que saber nuestros nombres...
—Cierto, perdona, es que con los nervios... soy Jessica —Estrechó la mano que le ofrecía. Y, ¡para qué negarlo! El tacto le resultó a la joven realmente bueno, muy grato—. Y no se preocupe, le pagaré la entrada y le daré lo que usted me pida a cambio del favor...
Mientras le decía esto, Jessi rebuscaba dentro de su monedero; quería comprobar cuánto dinero disponía.
—¿Lo que yo le pida? —preguntó Jack con un tono de diversión—. Conque
me invites al cine, es suficiente. Aunque, ¿quién sabe? Quizás, cuando
acabe la noche, estés tan agradecida, que decidas ofrecerme alguna otra
cosa... —Aquellas palabras consiguieron que Jessi se ruborizara—. Por cierto, si nos vamos a hacer pasar por amigos íntimos, lo mejor será que nos tuteemos, ¿no crees?
Jessi asintió, mientras tragaba saliva toda nerviosa y sin creérse, lo que acababa de hacer. ¡Y con un total desconocido!
Después
de conversar un poco más, los dos entraron en la sala donde se
proyectaba una película que estaba ya a medias, casi acabando; la que
estaba viendo Richard con Anna. Habían tenido bastante suerte y
pudieron conseguir dos entradas justo al lado de la pareja que ahora los
miraba a ambos con mal disimulada curiosidad.
Jessica
se sentó en medio de los chicos, con Richard a su derecha y Jack a su
izquierda. Y en toda la velada, Richard no dejó de mirarla por el
rabillo del ojo. Realmente parecía sorprendido de haberse encontrardo a
Jessica tan bien acompañada.
«¿Qué se pensaba, que me iba a presentar sola mirando como ellos dos tonteaban delante de mis narices? Seré tímida, pero no tonta», se dijo mientras intentaba, en vano, prestar atención a lo que quedaba de película, y lo ignoraba a drede.
De
vez en cuando, Jack, sin previo aviso e interpretando bien su papel, la
sujetaba de la mano para acaricierle el dorso de la misma, con
movimientos circulares y suaves. Aquello le pareció a la muchacha, una
caricia "algo" íntima. Pero se sentía tan bien, demasiado bien, que no se quejó en ningún momento y se dejó hacer.
Un
par de veces, Richard le rozó la otra mano libre, con la suya propia,
como si tambíen quisiera cogérsela y acariciársela como hacía el otro
chico; muestra de que sentía celos o envidia. No obstante, no llegó ha hacerlo y ambos roces quedaron como tal, como meros roces.
Después
de la peli, los cuatros decidieron irse a tomar un refresco. Y durante
todo el momento que duró la salida, Richard no paró de mirar a Jack con
recelo y desconfianza.
La
mayor parte de la conversación estaba centrada en ellos dos, en Jessi y
Jack, de cómo se conocieron, cuánto tiempo llevaban tan unidos, y cosas
de ese estilo. Y como Jessica no sabía qué responder, dejó que fuera
Jack el que respondiera por los dos las mentiras que creyese necesarias,
para así ella no meter la pata; no quería que se desvelara su engaño.
Y
cuando se hizo la hora de recogerse, las dos parejas salieron del
centro comercial y se fueron a los aparcamientos manteniendo una charla
banal durante el trayecto. Se notaba que no eran novios ninguno de
ellos. Saltaba a la vista que eran un grupo de cuatro amigos pasando el
rato. Aunque Jessica, que se negaba a reconocer que al final la velada
estaba resultando ser mejor más agradable de lo que esperaba gracias a la compañía de
Jack, no le gustó que Richard invitara a Anna también y sin comentárselo; la descarada
parecía estar encantada con el hecho de formar parte de la cita, ya que
estuvo en todo momento sonriendo. De hecho, en ningún momento se
separó de Richard y estuvo todo el rato coqueteando con él, intentando
llamar su atención. No obstante, Richard apenas le hizo caso, estaba más
concentrado en saber más sobre Jack y sobre ella, Jessi, que en la
película o cualquier otra cosa.
Cuando
estaban ya al lado de sus respectivos vehículos de dos ruedas, ya que
todos habían asistido en motos, Jack, de sopetón, la atrajo hacia
su cuerpo y le plantó un sonoro beso en los morros que la dejó con la
boca abierta.
—Me lo he pasado fenomenal, espero que repitamos de nuevo —Sacó
tras su confesión, una nota con su número de teléfono, que tenía
guardada dentro de uno de los bolsillos de su chaqueta de cuero, y se la
entregó—. Llámame, estaré encantado de quedar de nuevo contigo.
Ella
le dio las gracias y él, antes de subir a su Harley Davidson, le
susurró al oído tras pegarse peligrosamente a su tembloroso cuerpo.
—Pero la próxima vez, la cita que sea a solas.
Y se marchó. Así, sin más, tras arrancar la bestia que tenía por moto y salir pitando de allí, derrapando ruedas en el proceso.
—Yo también tengo que irme, mis padres se van a enfadar conmigo si llego tarde —Respuso
Anna, mientras también montaba en su motocicleta y la arrancaba, como
segundos antes había hecho el imponente Jack. Y al igual que había hecho
el muchacho, la chica le dio un sonoro beso al sorprendido Richard,
antes de largarse.
—¿No decías que Jack era sólo una amigo tuyo? —inquirió el chico tras recuperarse, en cuanto quedaron los dos a solas.
—Así es —respondió sin dar más detalles ni devolverle la pregunta, puesto que él había interpretado la misma escena que ella.
—¿Tratas así a todos tus amigos? —preguntó incrédulo, refiriéndose a lo del beso.
Jessica
lo miró con el ceño fruncido, y se dio cuenta que la mirada del que
creía que era el amor de su vida, estaba cargada de deseo, de anhelo.
Empero, no pudo seguir con su escrutinio, porque el mismo fui interrumpido cuando, a cámara lenta, Richard
se aproximó a ella hasta acortar las distancias que los separaba, y,
sin más, la besó de manera urgente, con desesperación...
Y ahora, ¿qué podía pensar ella de todo eso?
¡Me apunto!
ResponderEliminarYo me apunto Dulce!! :)
ResponderEliminarYo tambien me apuntooo
ResponderEliminarParticipo, guapa. Sabes que me encantan tus ideas!
ResponderEliminar¡Me anoto! ♥
ResponderEliminarHola Dul!!!
ResponderEliminarDesaparecida pero no del todo jeje!!
Yo también me apunto!!
Genial la idea
ResponderEliminarMe apunto!
Me apunto!
ResponderEliminarYo quiero participar, saludos.
ResponderEliminarMe apunto guapa, quiero participar, meha encantado el capi!
ResponderEliminarYo participo :D
ResponderEliminarParticipooo
ResponderEliminarMe apunto, será la primera vez y supone un reto para mi
ResponderEliminarMe gustaría apuntarme al reto, espero que no sea demasiado trade ;))
ResponderEliminar¡Oh, dios, qué recuerdos! Me acuerdo de este reto, en el que cada una tenía que darle un final diferente me parece. Me alegro de que se esté tejiendo una historia de nuevo, voy a ir leyendo los capítulos para ver cómo ha quedado hasta ahora.
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