Hola a tod@s!, esta mañana vamos a despedir la semana laboral con la presentación de:
ELBA PEDROSA
Este es su blog:
En el mismo publica diversos relatos para todos los gustos. Aquí os dejo uno de muestra, y más abajo, algunos enlaces de sus otros relatos:
La tienda verde
Me resultaba agradable
entrar en la pequeña floristería de la esquina. Siempre repleta de flores y
artículos de decoración de buen gusto. En los estantes de madera oscura de la
zona alta del local, casi ocultos pero espléndidos lucían los jarrones y
recipientes más especiales, debajo los marcos de fotografía atrezzados
con algunas coronas y arreglos florales secos y a la altura
de los ojos y de los pies plantas tropicales y grandes
cubos metálicos con flores frescas. Caléndulas, rosas champán,
tulipanes, lilium. Y brochazos solo de ramas de verde. Para mí lo
mejor. A veces no resultaba sencillo acceder hasta el mostrador
situado al fondo de la tienda. Pero sin duda era un placer disfrutar esos
segundos de placentero recorrido colorido. Sonó la campanilla ligera al
entrar desde la calle y sin darme tiempo a llenar a fondo mis pulmones de ese
aire de paz y buenos recuerdos que siempre me inundaba al entrar, escuché
una voz:
-Pasa querida, buenos
días -dijo una mujer-, estoy al fondo.
-Buenos días -contesté
alegre y con curiosidad. Nunca había escuchado aquella voz amable y añosa.
Miré hacia el fondo del local y efectivamente, una señora desconocida atendía
hoy las flores. Alcé la mano y caminé entre el verde hasta el mostrador. La
tienda estaba especialmente frondosa. Sábado. Día de bodas, pensé.
-¿En qué puedo ayudarte?
-me preguntó con una sonrisa blanca y amable- .Tienes que disculpar, pero hoy
María está muy apurada y he venido a echarle una mano. Tenemos boda. De los de
La Torre, ¿sabes? -continuaba complaciente- y mi hija ha salido ahora
mismo a colocar el tocado a la novia-. No paraba de sonreír aquella
elegante mujer. Con su ceniciento recogido, un moño amplio y bajo, y unas
manos cuidadas con una discreta alianza, gesticulaba mientras me ofrecía
educadamente disculpas.
-No hay ningún problema,
solo pasaba a pagar un encargo. Si prefiere puedo hacerlo mañana.
La mujer se incorporó
para contestarme. Confirmaba mis acertadas intuiciones su porte
elegante cubierto por ropas amplias camel y blancas. Y sobre su esbelto cuerpo,
abrazándola, un collar de perlas y un chal. Uno de esos cubrelotodo de
moair con estampado tapicero tan de moda. Sin duda, María,
la mayor de los 6 hermanos de mi vecina Teresa, había heredado una
joya. La elegancia de su madre.
¡Bienvenida al club!
ResponderEliminarBienvenida, Elba :)!
ResponderEliminarmuchas gracias escritoras!! espero aportaros alguna chispa con mis relatos. gracias!!!
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