jueves, 1 de septiembre de 2011

HILO ROJO DEL DESTINO (Continuación hecha por Nadia)

Ella tiró fuerte de mi pelo hasta conseguir tirarme de rodillas sobre el suelo y magullarme por ese inesperado y brusco gesto.
-¡Tú, golfa!, ¡¿no tenías bastante con enrollarte con Roberto que ahora vas a por Michael?!, ¿que pasa tía, sólo te gustan los tíos a los que me tiro o qué?.

La voz estridente de Stacy me llegó alta y clara...

Traté de zafarme del agarre de Stacy, pero sus garras estaban fuertemente adheridas a mi pelo y en cierto momento a mi cuero cabelludo, podía sentir la piel escocer en mi cabeza y algo me decía que ahí era donde las uñas de Stacy hicieron su trabajo.

Lancé patadas al azar buscando atinar de alguna forma y que ella me soltara, pero por más que moviera mis piernas o agitara mis brazos Stacy no parecía dispuesta soltarme.

Entonces, sin que nada lo presagiara, el peso del cuerpo de Stacy sobre mí disminuyó. Confusa miré a nuestro alrededor, Michael y Roberto seguían peleando, pero algunos profesores trataban de refrenarlos entre palabras y banales intentos de soltar los brazos de alguno. Stacy había sido tomada de ambos brazos por el profesor Vincent, mientras ella se retorcía como fiera intentando soltarse.

Me paré confundida, sintiendo las manos de Iris ayudarme. Poco a poco los profesores lograron calmar la pelea de Roberto y Michael, pero sin antes recurrir a dos baldes de agua y dejarlos a ambos empapados.


Después de que lograron que los estudiantes mirones se dispersaran, nos llevaron a los cuatro a la enfermería. Miré a Iris rogándole acompañarme, pero el profesor Vincent tiraba de mí diciendo que Iris debía entrar a clases.

En la enfermería nuevamente los profesores tuvieron que controlar a Roberto y Michael, ambos intentaron comenzar a agarrarse a golpes nuevamente, mientras podía ver a Stacy dispuesta a lanzarse sobre mí.

-Él no ha cambiado -escuché al profesor Vincent murmurar. Fue entonces cuando me percaté que él miraba a Roberto con una expresión llena de… ¿Asco?, ¿odio?. No podía saberlo, pero su rostro no cargaba nada bueno en él.

Hicieron entrar a Stacy a una de las pequeñas habitaciones de la enfermería, llevando a Roberto con ella, seguramente para llevarnos a Michael y a mí a la otra pequeña habitación y evitar eventuales golpizas.

El profesor Vincent también entró con nosotros, él debía estar a cargo de vigilarnos, ya que la enfermera estaba trabajando con Stacy y Roberto.

-¿En qué estabas pensando? -Grité a Michael, no podía evitar mirarlo llena de rabia- ¡Yo no soy Stacy, soy tu amiga!. ¡Respétame!.

-Si tú no te haces respetar, ¿por qué me lo pides a mí? -Su voz seguía estando llena de odio.

-Ella puede pedírtelo porque es una mujer, y como tal se lo merece -lo regañó en profesor Vincent, haciendo que recordara su presencia- Aunque Michael no se equivoca Caroline -Miré al profesor con los ojos abiertos de par en par. ¡¿acaso estaba diciendo que yo no me hago respetar?!- estando con Roberto implica que no te respetas, aunque lo más probables es que no conozcas como es él en realidad.

-¡Yo sí lo conozco! -me defendí recordando nuestra cena el día anterior y todo lo que Roberto me había contado.

El profesor Vincent miró a Michael como si le incomodara su presencia para hablar conmigo, acercándoseme un  poco para hacer algo más “privada” nuestra conversación.

-Ir con él al hotel de su padre no hace que lo conozcas -Mis ojos se abrieron de par en par, según Roberto nadie más sabía sobre su procedencia. ¿Lo sabría el profesor por que Roberto se vio obligado a decirlo en administración?, ¿o quizás había algo más ahí?-. Él te contó muchas cosas, te contó lo triste que fue su vida, cuanto añoraba hacer una vida de plebeyo; pero jamás te habló de Carla, de eso estoy seguro.

¿Carla?. Hice memoria de las palabra de Roberto, él realmente no había hablado de una Carla. ¿Quién era ella?, ¿y por qué el profesor Vincent sabía de ella?. Traté de hilar todos los escenarios posibles donde Roberto, el profesor Vincent y una chica pudiesen estar involucrados, pero no llegué a una conclusión que no convirtiera al profesor en un asalta cunas.

-¿Y... ya te habló de Carla?.

Mis ojos pasaron del profesor Vincent a Michael, el primero tenía una expresión seria y en el fondo cargada de odio, mientras que el segundo parecía feliz de que el profesor me estuviese haciendo dudar de Roberto. 
Pero aun así la respuesta era un rotundo…

-No...

La puerta se abrió entonces, entrando por ella la enfermera, pero mi mente ya no estaba en la habitación, ni en antiséptico que la mujer aplicaba en mi brazo; todos mis pensamientos se llenaban de dudas. El profesor Vincent no hablaría de una chica que no existiese, ¿o sí?. Negué con mi cabeza, él profesor no estaba mintiendo, entonces... ¿quién era Carla?.


Nota: ¿Quién quiere hacer la siguiente continuación?, ¿alguién se atreve a darle vida a este nuevo giro en la historia?. Yo como no he sido la creadora de esta continuación, no sé quién es Carla, ni que relación tiene con Vicent... y Nadia no ha dejado pista alguna. Yo tengo alguna que otra idea que podría darse como válida... ¿que tal si Carla es la hermana pequeña del profesor Vicent y por ello él conoce la verdadera identidad de Roberto?, ¿y si éste, fue novia de dicha chica y algo pasó entre ellos que dio lugar a que se separasen y Vicent lo odiase por ello?. Según Vicent, si te relacionas con Roberto y te ven con él, te creas una mala reputación, como si por ello fueses una golfa... ¿pervirtió Roberto a Carla hasta que undió la reputación de esta chica y por ello todo el mundo cree que si vas con él eres una chica fácil?. ¡Tantas opociones pueden ser posible!, ¿que opinas tú?. ¡Venga, anímate y haz la siguiente continuación!.

2 comentarios :

Déborah F. Muñoz dijo...

no puedo prometer que voy a escribir nada hasta dentro de dos semanas, así que si otra quiere apuntarse antes que yo lo entiendo

Angy J. W. dijo...

Yo he llegado a la misma conclusión sobre Carla, y tengo varias ideas sobre lo que ocurrió. Podría probar a escribir la continuación pero la cosa va un poco difícil xD Ah, e intentare hacer a Michael algo mas simpático porque me da pena el pobre.