martes, 29 de mayo de 2012

DIÁLOGOS, CÓMO REDACTARLOS

¡Cuántas ventajas nos aportan los diálogos! Si queremos pintar a un personaje, por ejemplo, una línea de diálogo puede ser más ilustrativa que una larga y detallada descripción del narrador. ¿Y han notado cuán dinámicos son los cuentos de Hemingway gracias al uso y abuso de los diálogos? En suma, el diálogo es tan importante que no puede faltar en la caja de herramientas de ningún Escritor (con mayúscula). En el taller de Tierra de Trampas hay algunos talleristas que parecen haber nacido con el oído bien afinado; atrapan esa respiración particular del lenguaje hablado y la trasladan al papel con una gracia y una facilidad asombrosas. Pero hay otros... hay otros... Bueh, digamos que hay otros. A ellos trato de adiestrarles el oído sugiriéndoles que graben conversaciones (sin que los "conversadores" lo sepan, claro) y les hago leer en voz alta para que adviertan las notas falsas, y pongo a su alcance todo ejercicio que considero pertinente. Pero, sobre todo, les doy a leer este artículo de Eduardo Carletti, en el que detalla los errores más usuales al momento de construir nuestros diálogos.

(Extractos. La nota completa, en esta página de Axxón

Por Eduardo Carletti


[...] Los diálogos son lo más difícil de la literatura escrita: no hay un estándar, cada tipo de persona se expresa de diferente manera; no se puede llenar la brevedad de texto con gestos y expresiones, como en el teatro (donde los actores deben ser buenos, además del escritor); los parlamentos demasiado largos pasan a ser discursos, y poca gente habla con discursos.

[...] La forma de expresión de un personaje, si está bien lograda, indica qué y quién es. Si se sabe llevar un diálogo y se sabe condimentar su contenido, se pueden obviar parrafadas de explicaciones y pesada descripción. El otro extremo es algo parecido a un teatro de títeres: el autor habla a través de muñecos, intentando darles vida, pero se nota que son muñecos porque todos hablan igual. O hablan de un modo que nadie hablaría. En alguna parte leí, como ejemplo, que los personajes hablan a veces como "si recitasen papeles aprendidos de memoria en una mala obra de teatro". Lo de "mala obra" es clave aquí: los personajes de un texto no pueden apelar a la expresión corporal como lo haría un buen actor en una obra con un guión pobre. En una obra escrita, si el texto del diálogo es malo, no hay solución. [...]

Intentaré enumerar algunos elementos que me parecen clave:

Las personas hablan de diferente modo según su:


  • Origen: nacionalidad, provincia, ciudad, barrio, clase social;
  • Formación: cultura nacional y local, entorno familiar, estudios, lecturas;
  • Edad: física, mental y cultural;
  • Inclinaciones: políticas, sexuales, de gustos, culturales;
  • Emoción que lo domina.

Se suele trabajar en base a "tópicos" o ideas ya hechas sobre los tipos de personas, las franjas de edad y las clases sociales. Pero todo esto es terreno pantanoso: las costumbres de las clases sociales, las formas de expresión de las diferentes franjas de edad, incluso el lenguaje en general de un entorno cultural, cambian continuamente. No se puede basar un diálogo en diálogos leídos en un libro, a menos que todos los parámetros (época, lugar, clase, tipo de persona) coincidan plenamente. Mucho menos de películas u obras de teatro, donde la expresividad de los actores ayuda a lograr lo que no pueden lograr los textos de los diálogos.

El escritor jamás debería dejarse llevar por sus necesidades de expresión: el diálogo pertenece al personaje, no al autor. El resultado de un error así suele resultar grotesco: los personajes —para ayudar al escritor a informar al lector— se explican entre ellos las cosas que acaban de vivir (algo que nadie hace), o cuentan sucesos que los emociona como si fueran doctores en biología que describen una disección, o se mandan un largo discurso más parecido a una clase de Historia que a cualquier tipo de información que se pueda intercambiar entre personas.

Otra falla muy común es repartir un discurso entre varios personajes, este pedazo para Juan, este otro para Pedro, aquel otro para Ignacio, en fragmentos de diálogo encadenados entre sí y llevados siempre en el mismo estilo y con la misma entonación, y en un acuerdo total de intención y expresión, logrando que se note claramente que en realidad habla un solo interlocutor a través de las bocas de varias personas, como si se tratara de un extenso espectáculo de ventriloquia. [...]

Estado emocional:

 

No es fácil expresar el estado emocional de un personaje que dialoga. Las acotaciones constantes pueden quitar ritmo o resultar molestas, y cualquier descripción del estado mental del personaje al principio de la conversación es olvidada rápidamente por el lector si los diálogos tienen contenido de importancia y si los personajes se expresan de un modo neutral que no refleje sus emociones. Y esto último es la clave: las personas se expresan de muy diferente modo según su estado emocional. Si el texto del diálogo no refleja ese estado mental es inútil bombardear al lector con descripciones y aclaraciones. Es necesario aquí un "trabajo de campo" que nos permita observar de un modo imparcial la manera en que una persona habla si está feliz, o enojada, o nerviosa, o asustada, o se siente mal, o está embobada con su interlocutor, o lo odia, etc. Veremos que las frases se cortan, que el flujo de pensamiento lleva a la persona a saltar de tema y luego volver, que no siempre -o pocas veces- el interlocutor apoya el texto del otro, ayudándolo a seguir, sino que muchas veces interrumpe, complica y deforma el sentido, o habla de otra cosa "descolgada", etc. Un buen diálogo debe tener un poco de este tipo de estructura –demasiado, puede hacer confusos los diálogos-, tan habitual en la vida real.
[...]

Contenido del texto:

 

Hay que tener mucho cuidado en los contenidos de un diálogo. Uno debe preguntarse todo el tiempo: ¿Hablaría así? ¿Lo diría así? [...] ¿Qué gestos haría? ¿Se cortaría, largaría un exabrupto en el medio, esperaría la afirmación de su interlocutor antes de terminar? Hay que observar, observar, observar. Insisto, observar gente real, no actores. Cuidado con el cine, cuidado con las novelas, cuidado con las series. Hay mucha, muchísima falsedad.

Explicaciones: 

 

Un defecto muy común es el de introducir excesivas explicaciones en los diálogos: los personajes aparecen explicando lo que el autor desea -o necesita- explicar. Esto suele ser muy malo para los climas. Se debe evitar toda vez que se pueda. Las explicaciones debe hacerlas el autor fuera de los diálogos. O intercaladas. Nunca poner un personaje dando discursos en un diálogo. [...]

Conclusión:

 

Por último, es importante acotar que los diálogos son un elemento fuerte e imprescindible en una historia. [...] No es concebible imaginar una novela sin un diálogo, aunque sí hay cuentos que no los tienen. Los cuentos sin diálogo suelen ser pesados o aburridos. Sólo se salvan aquellos escritos en primera persona porque en realidad funcionan como un diálogo (un monólogo) entre el escritor y el lector.

El diálogo da vida y fluidez a una historia. Quita el centro de atención del discurso del escritor y lo lleva a los personajes. Permite que el lector sienta los hechos junto a los personajes, apartándose un poco del autor. Si el lector se identifica con los personajes, esta vida se convierte en sentimiento y emociones. A pesar de que los diálogos sean difíciles de trabajar y nos asusten las dificultades, esforzarse en ellos puede producir un efecto final mucho más intenso que cualquier otro elemento de una obra literaria. [...]

Biografía de Eduardo Carletti


Más teoría literaria:

Nota: Información encontrada en el blog de nuestra compi Nikta, y ésta a su vez la encontró aquí:

7 comentarios :

Unknown dijo...

Me encantan los diálogos, más que las descripciones (las kilométricas las odio). Es muy cierto que con diálogos el texto se hace muchísimo más llevadero. Yo me lo paso pipa escribiendo diálogos en mis historias. De hecho, Ecos del Destino comienza con un diálogo.
Besos y gracias por la info. Voy a twittearlo pero ya!

Raquel Campos dijo...

Interesantísima entrada. Los diálogos me parecen muy importantes para el desarrollo de la trama y para ver el fondo de los personajes.
Me paso por el blog a echar un vistazo!!
Besos guapa,gracias por la información!!

Patricia K. Olivera dijo...

Muy util, los diáologos siempre me producen dudas.
Gracias por compartir!!

besos

Bibliotecaria dijo...

Me ha parecido muy útil. Gracias por compartir la información. Besos.

Unknown dijo...

Muy buena entrada, me gusta y me cae como anillo al dedo en estos días.
Gracias
Un beso

María Angélica Teherán dijo...

Interesante nota...Para mí, los nombres y los diálogos son las cosas más difíciles =/

popcorn dijo...

Super buena info :D