jueves, 13 de octubre de 2011

RETO DIFERENTES VERSIONES DE UN MISMO CUENTO: CONTINUACIÓN DEL COMIENZO "CAZADA" ESCRITO POR HADA FITIPALDI, BY PATY C. MARÍN

Aquí os dejo la continuación que ha hecho Paty C. Marin a la historia que comenzó Hada Fitipaldi. Las nominadas para hacer el final son:

Nadia (Saga Híbrido)
Pukitchan (-Pukitchan-)

-Fragmento anterior-

Álex tiró de ella, levantándola del suelo. La pegó a su cuerpo de un modo demasiado íntimo, que lejos de aterrarla hizo que se ruborizara por completo. Se dirigieron al principio del callejón, donde Aitor los esperaba con Claudia entre sus brazos. Oficialmente las habían cazado, y rezó para que su compañero se diera prisa, mientras era incapaz de contener los escalofríos que la atenazaban en cada una de las partes de su cuerpo que el vampiro rozaba.

 -Continuación by Paty-

Álex arrastró a Susana por la oscura calle mientras Aitor levantaba en brazos a la inconsciente Claudia. El vampiro tenía intención de alejarlas de la feria para evitar miradas indiscretas y no montar un escándalo que atrajera la atención de los que no debían. Podía notar los temblores de la humana. Estaba asustada y seguramente, con esas mentes tan calenturientas de los jóvenes, pensaría que iba a forzarla sexualmente o algo por el estilo. Humanos... ¿cuando aprenderían que a los vampiros no les importaban esas cosas tan mundanas? A él solo le interesaba la sangre y punto. 

Haciendo caso omiso de las protestas de la chica y el ensordecedor ritmo de sus latidos, Álex llegó hasta su coche, lo abrió y metió a Susana en el maletero, cerrando a continuación de manera brusca. Solo entonces se tranquilizó y miró a su protegido. 

- Llévate de aquí a esta mujer - dijo en voz baja, para que Susana no pudiera escuchar. Aunque con sus gritos y sus golpes al maletero no escucharía nada ni aunque gritase. - Abandónala en algún lugar y luego aléjate de ella lo más rápido que puedas. Te avisaré cuando haya acabado con el problema más urgente... 

Dicho esto, subió al coche y arrancó para alejarse de la feria, observando como su discípulo se hacía cada vez más pequeño a través del retrovisor a medida que se alejaba. La chica no dejaba de patalear en el maletero, gritando y golpeándolo todo. Tenía que neutralizar la amenaza que suponía Susana y tenía que hacerlo pronto, antes de que llegase el verdadero cazador.



***

Susana despertó sobresaltada. Recordaba haberse quedado dormida en el maletero del coche y de pronto su mente le recordó todo lo que había pasado en la feria y entonces abrió los ojos con el corazón acelerado. Se dio cuenta de que estaba sentada en una silla con las manos atadas detrás del respaldo y los tobillos atados a las patas. Tenía una mordaza en la boca y la habitación estaba en penumbras. No se lo pensó dos veces y empezó a forcejear para liberarse.

-
No lo intentes. Te vas a hacer daño - aseguró Álex, recostado en la cama, leyendo un libro. Susana echó fuego por los ojos y siguió forcejeando, pero solo consiguió desollarse la piel de las muñecas. El vampiro no la miró en ningún momento, pasaba las páginas con total tranquilidad y solo cuando ella se rindió, se permitió cerrar el libro. - Te lo dije. Te has hecho daño y ahora puedo oler tu sangre desde aquí... - Susana sintió un escalofrío subirle por la espalda y tragó saliva. Álex se sentó en el borde de la cama y observó fijamente a la humana, con una expresión de curiosidad en el pálido rostro. - ¿Sabes que pienso? Que no tienes ni idea de dónde te has metido. Desenfundaste muy rápido ese cuchillo tan desagradable y estabas dispuesta a clavármelo en el corazón... - dijo con voz apenada poniéndose la mano sobre el pecho. Ella volvió a forcejear y masculló maldiciones a través de la mordaza. - Sí, sí, te entiendo perfectamente. "Yo no soy el hombre que conociste por Internet" "Me has engañado" "Inventaste todo eso para ganarte mi confianza" y blablabla... - hizo un gesto cansado con la mano y se puso de rodillas frente a Susana, mirándola fijamente con sus penetrantes ojos azules. Su cercanía provocó en la chica un rubor que tiño de rojo sus mejillas. En vida aquella criatura había sido un hombre muy apuesto. Ahora seguía siéndolo, pero su piel era del color del mármol pulido, y resultaba fascinantemente atractivo. - ¿Qué quieres que te diga? Sí, lo hice... Y ahora estamos aquí. Ahora estoy aquí mirandote, oliendo tu deliciosa sangre y pensando si es buena idea que te muerda o eso me va a provocar algún tipo de trauma sobrenatural por el cual estaremos vinculados por toda la eternidad; o condenados a amarnos y a odiarnos; obligados a entendernos. ¿Qué me dices a eso? - le retiró el pañuelo con un leve tirón y la primera intención de Susana fue gritar. Pero se contuvo. Álex sonrió. - Buena chica. Contesta a mi pregunta, ¿qué pasaría si bebiese tu sangre? - pregunto mirándola con suspicacia.

-
Que te quemarías por dentro - respondió ella. Él sonrió más ampliamente, riendo divertido. Luego suspiró.

- Es lo que quería oir...

Se aproximó a Susana y aferró con la zurda su larga melena, tirando hacia abajo para levantarle la cabeza. Acercó la boca al cuello de la chica y atravesó su fina piel con los dientes afilados, arrancándole un grito ahogado cuando la sangre empezó a brotar copiosa. El cuerpo de Susana se tensó y trató de forcejear, pero Álex era como una estatua, inamovible. El dolor del pinchazo apenas duró un instante, después sintió un agradable cosquilleo en la punta de los dedos y por su cuerpo descendió un ramalazo de placer que borró de un plumazo todo el miedo, sustituyéndolo por un extraño sopor.

Cuando el vampiro hubo saboreado el primer trago, deslizó la lengua por la herida abierta y esta se cerró. Susana sacudió la cabeza, creyéndose muerta o algo por el estilo, pero ni siquiera se sentía débil por la pérdida de sangre. Álex puso su rostro a la altura de ella, con los labios manchados de sangre brillante y roja. Su sangre. Susana le miró la boca y luego le miró a los ojos, azul profundo. Tan... intensos.


-
Soy el primer vampiro que ves, ¿no es cierto? ¿Cuantos años tienes en verdad? ¿Dieciocho? ¿O en eso también me mentiste?

- Tengo dieciocho... - respondió con un balbuceo. - ¡Tu también mentiste!

-
Pues espero que emplees tu vida en algo mejor que en cazar vampiros o vivirás muy poco tiempo. Si para detectar tienes que acercarte tanto que tengas que tocarlo, no todos serán tan compasivos como yo.

-
No, no tengo que acercarme tanto... es solo que no... esperaba encontrar a un monstruo como tú... - dijo, envalentonada. Álex volvió a tirarle del pelo y pasó la lengua por su cuello, sintiendo las palpitaciones de su corazón en la boca. Luego acercó los labios a la oreja de Susana.

-
La valentía y el arrojo de los jóvenes. ¿No te enseñaron a ser paciente como un cazador para evitar convertirte en presa? Vuestros instructores están tan empeñados en deshacerse de nosotros que ahora entrenan a niños para luchar contra adultos. Sois como esos niños soldado, sin infancia, con un arma tan grande en las manos que no son capaces de sostenerla. No tengo ninguna intención de matarte, ni de dejar que me mates. Pero comprenderás que estamos en una situación complicada...

Mientras hablaba, había desatado los nudos de los pies de Susana, y también los de sus manos. Pero no le soltó el pelo, ni se apartó de su oreja. Ella no se dio cuenta de que estaba libre, tan solo sentía el cosquilleo de sus palabras bajándole por el cuello, los dientes puntiagudos rozándole la oreja, y sobre todo, su cercanía.

4 comentarios :

PukitChan dijo...

Ok *0*!!

<3 <3 Mi turno ha llegado, me pondré lo más pronto posible a poner deditos a la obra >w<!!!!

Me alegra que ya estemos llegando a la meta!!!

Entre estos días, (no pasa del fin de semana) te envió el relato Dulce, besitos <3

Déborah F. Muñoz dijo...

:) me gusta cómo va avanzando esto...

hada fitipaldi dijo...

Que super interesante!!! Me ha encantado la continuación! Uyyy, que vampiro más sexy... Besos

Angy J. W. dijo...

Que buena continuación!! Que pasara? Espero el final :D