Suave vendaval
Carlos mirada al objeto de su deseo sentarse frente a él con su mirada distante y lista para otro día de trabajo. Milagros su secretaria era el icono de la belleza femenina argentina. Elegante y sutil pero tan fría que no veía forma de acercarse a ella. A Carlos no le importaba que ella fuera secretaria ni que no tuviera dinero como su familia. Claro que ser el heredero de una de las familias más ricas de Argentina tenía sus complicaciones como el hecho de que Milagros no lo tomara en cuenta como hombre. El imperio ganadero que ostentaba la familia Álzaga era poderoso y temido. Y ese era el principal motivo por el cual ella siempre le dejó claro que no podían traspasar los límites de jefe y secretaria. Hacía cinco años trabajaban juntos y eran amigos dentro de los límites que ella imponía.
—Carlos vuelve a la tierra —bromeó ella sonriente.
—Disculpa Milagros es que estaba pensando.
—Disculpas aceptadas pero debemos apurarnos para terminar con estos contratos así todos nos vamos temprano a casa.
—Mañana es navidad. ¿Qué planes tienes?.
—La verdad ninguno todavía no me siento con ánimos de festejar la navidad.
Carlos sabía perfectamente el porqué. Dos años antes sus padres habían muerto en un accidente de tránsito y desde entonces no quiso festejar las fiestas de fin de año. Fue cuando ellos se hicieron amigos ya que Carlos la acompañó en todo momento y los padres de él se dieron cuenta de lo que sentía por su secretaria. Los padres de Carlos sólo querían su felicidad y no les importaba si ella era una empleada de la empresa.
—Puedes venir a mi casa ya sabes que mis padres organizan las fiestas más agradables de Buenos Aires. Van a asistir muchos famosos y seguro va ese actor de las telenovelas que aquí todas comentan.
—Gracias por la invitación pero prefiero quedarme en casa —se levantó de la silla pero el brazo de Carlos le impidió seguir.
—No quiero que estés sola en navidad —sus dedos vagaban por el rostro de ella suavemente.
Milagros respiraba con dificultad ante su cercanía sintiendo el perfume de su piel. Un perfume que siempre la acompañaba y que ella se lo había regalado para su cumpleaños el primer año que ingreso a la empresa.
—Sigues usando mi perfume —lo miró extrañada.
Carlos se inclino y rozó su nariz en el cuello de ella lo cual le produjo un escalofrió de placer.
—Y tú también usas el perfume que te regalé —le susurró al oído.
Milagros percibió que su jefe no tenía intenciones de apartarse. Lo abrazó y le dijo suavemente.
—Te deseo una feliz navidad Carlos.
Él se quedo sin palabras al tenerla en sus brazos. Miles de veces soñó con tenerla así pero no en estas circunstancias.
—Feliz navidad Milagros.
Salió de la oficina y paseó por las calurosas veredas de Buenos Aires aspirando el espíritu navideño en el aire. Su departamento quedaba a una cuadra de la empresa por lo cual siempre venia caminando. La proximidad de Carlos la dejó aturdida y decidió darse una ducha y dormir para tratar de no pensar en él y en cómo pasaría otro año cerca del hombre al que amaba.
La luz de la mañana se coló por las ventanas del departamento de Milagros y se despertó decidida a que el día pasara como cualquier otro. Empezó con un buen desayuno que hace tiempo no tomaba y desafiando a su dieta comió dulce de leche. Luego se fue al supermercado y compró todo lo necesario para varios días. Miró el reloj al llegar a su casa y eran las dos de la tarde, se sintió un poco frustrada ya que esperaba pasar más horas ocupada. Miró a su alrededor y decidió limpiar hasta el último rincón de la casa. Horas más tarde todo relucía. ¿Qué más podría hacer ahora?. Sonrió y buscó en su habitación las sales de baño que sus amigas de la empresa le regalaron y preparó la bañera. El sol se resistía a irse como era habitual en Diciembre pero ya eran las ocho. Se relajó en la bañera y no salió hasta que la ciudad estaba a oscuras.
Faltaban dos horas para navidad y seguramente Carlos ya estaría en casa de sus padres preparado para brindar a la medianoche mientras que ella se ponía un camisón de seda rojo que adoraba. Se miró al espejo viendo a una mujer de pelo negro y largo algo voluptuosa pero normal. Por último se puso un poco del perfume que Carlos le regaló y caminó a la cocina para comer algo. Apenas si pudo tomar una ensalada de frutas y volvió a su cama donde esperaba dormir hasta mañana. Pero el timbre sonó despertándola, Milagros inmediatamente tomó su teléfono ya que la inseguridad en Buenos Aires era algo común
—¿Quién es? —preguntó nerviosa.
—Soy Carlos. Ábreme la puerta Milagros.
Era imposible que él estuviera allí. ¿Qué hacía en su casa?. Abrió la puerta y lo encontró vestido de negro, más atractivo que nunca.
—¿Qué haces aquí Carlos? —le preguntó sin creer que estuviera frente a ella.
—Esto —después de dejar una bolsita negra en la mesa la besó.
Milagros dejó de pensar cuando los labios de Carlos se apoderaron de su boca. El beso fue profundo y ambos dejaron el alma en el dándose todo el amor reprimido por años.
—¿Dónde está tu habitación? —le preguntó Carlos.
Milagro lo miró y vio en sus ojos el creciente deseo. Sin dudar tomó su mano y lo guió hacia la habitación. Una vez allí todas las fantasías que había tenido sobre Carlos palidecían ante la realidad. Hicieron el amor como dos desesperados entregándose a la pasión que los consumía. Llegaron juntos al clímax y se quedaron abrazados mirándose a los ojos. De pronto se escuchó un estruendo y el cielo se iluminó. Buenos Aires le daba la bienvenida a la navidad y todos en la calle festejaban arrojando fuegos artificiales.
—Feliz navidad Milagros.
—Feliz navidad Carlos.
—Tengo un regalo para ti. Quédate así que ya vuelvo.
La cabeza de Milagros no paraba de pensar en lo ocurrido pero Carlos regresó antes de poder seguir pensando. Subió a la cama y la sentó mientras que el se paraba y sacaba un cajita negra inclinándose en el piso de rodillas.
—Milagros te amo —tomó su mano—. ¿Quieres casarte conmigo?.
—Yo también te amo y si quiero casarte contigo.
Se abrazaron y luego volvieron a hacer el amor lentamente esta vez. Durmieron abrazados escuchando aún los festejos de una navidad muy especial. Pero el amanecer como era costumbre llego rápido y la habitación se ilumino con el sol de verano.
—Bueno días mi amor —dijo Carlos besando a la mujer que amaba.
—Bueno días mi amor —sonrió imitando lo que él le dijo.
—Aunque me encantaría pasar el día en la cama debemos levantarnos y visitar a mi familia.
Milagros se preocupó al pensar lo que dirían sus padres del matrimonio. Carlos pareció advertir eso y la tranquilizó.
—No tienes de que preocuparte. Mis padres saben que te amo desde hace tiempo y como tengo treinta años creen que ya era hora de casarme.
—¿Hace cuánto me amas?.
—Desde el momento en que te vi pero me dejaste claro que no habría nada entre nosotros. Después sucedió lo de tus padres y pensé que era mejor darte tiempo. Creo que dos años son suficientes porque no voy a pasar un día más sin ti.
—Yo también te amo desde que te conocí pero tenía mucho miedo . Eres uno de los empresarios más ricos de Argentina jamás pensé que te fijarías en mi. Con el tiempo nos hicimos amigos y me ayudaste tanto con la muerte de mis padres. Me conformaba con ser tú amiga.
—Hay algo más que te preocupa. ¿Qué es?.
—No usamos protección Carlos —dijo en tono apagado.
—Me encantaría que seamos padres.
Milagros lo abrazó entre risas y lágrimas.
—Recuerdo lo hermosa que estabas en esa fiesta que dimos para los empresarios japoneses.
—Me encontraba tan nerviosa hace pocos meses que trabajaba para ti —dijo sonriendo al recordar la fiesta.
—Cuando bailamos tango... —suspiró cerrando los ojos—. Desde ese día me obsesioné con esa canción y compre el CD. Escuchaba "Tu perfume"[1] todas las noches imaginando que bailábamos. Te amo.
—Recuerdo que en una parte de la canción decía "Me atravesó tu suave vendaval". Tú eres mi suave vendaval Carlos. Te amo
Milagros se levantó y momentos después la música los envolvía. La habitación de lleno con el sonido de la canción.
"Perseguiré
los rastros de este afán
como busca el agua a la sed
la estela de tu perfume
los rastros de este afán
como busca el agua a la sed
la estela de tu perfume
Me atravesó
tu suave vendaval
rumbo a tu recuerdo seguí
la senda de tu perfume... "
tu suave vendaval
rumbo a tu recuerdo seguí
la senda de tu perfume... "
Carlos le dio muchos regalos de navidad pero para ella el mejor regalo fue su amor. Siguieron abrazados y Milagros pensaba que desde aquel momento la navidad no sería lo mismo pues Carlos le devolvió la alegría de las fiestas con su amor.
1 - Letra de la canción "Tu perfume" interpretada por Bajo tango club.
7 comentarios :
Hola Dulce gracias por publicar mi relato y para mi es todo un aprendizaje.También gracias por las correcciones y arreglar mi relato sos divina.Me alegra que te gustara y seguro en un futuro lo convierto en un libro en mi blog novela.
Se que me falta mucho para estar a la altura de muchas socias de aqui que son verdaderas GENIAS igual que vos.Pero me gusta estar,venir y aprender de cada una todo lo que generosamente dan a veces sin darse cuenta con un simple comentario.Son una verdadera inspiracion y ejemplo para mi.Besos mi reina y besis a todas.Tkmmmmmmmmmmmmmmmmmmm
Está muy bien y me ha gustado, pero una cosilla...
Yo no estoy muy al tanto en le tema de bailes, y aunque sé qeu en Argentina el tango es el baile por excelencia, no sé que es el "tango%85". Supongo que una variante, pero igual que pones la aclaración sobre la letra de la canción, podrías también ponerselo a esto.
Es solo una sugerencia...
Bss!
Hola MariJose!, decirte que al pasar el texto por el corrector ortográfico, los puntos consecutivos ... los convirtió en ese código "%85", ya lo he modificado. Lamento la confusión.
Gracias por pasarte por aquí y comentar. Saludos!!!
Hola Marijose que bueno que te gusto el relato y gracias por comentar.Jeje me encanto lo de la variante el tanto jeje.Esta canción en si no es un tango clásico es de una banda que interpreta los tangos de manera muy original con artistas que ponen la voz en las canciones.La voz de este tango es de la gran cantante Adriana Varela.
Dulce gracias a vos por todo el trabajo que haces te adoroooooooo
http://fantaseandoentrelibros.blogspot.com/2011/11/concurso-isla-de-nam-100-seguidores-1er.html
CONCURSO DE UN EJEMPLAR FIRMADO DE ISLA DE NAM HASTA EL 11 DE DICIEMBRE
HOLAAAAA BUENO ME LO HE DEVORADO Y DEBO DECIR QUE ME GUSTO BASTANTE...Estoy consciente que como mimbro del club casi ni estoy por aquí, pido disculpas formales, pero mis libros, familia,iglesia y trabajo no me dejan vivir.
La historia es rica en sentimientos, rápida y daba para mas, los hombres sensuales me matan jajajaj
te felicito Dany eres buena, tienes potencial y no por ser mi amiga escribo esto... los detalles del escrito ya te los hice saber... Te felicito... yo quiero ese mismo regalo de navidad de parte de mi novio jejejeje (que se case conmigo) jajajaja pero mientras tanto creo que leere por 2da vez la historia. Besos y bendiciones a todas
Querida Danyyy, he de confesarte que de todos los relatos que llevo leídos hasta ahora (creo que son unos 25 aprox.), el tuyo es uno de los más románticos y lleno de sentimientos. Sin dudas has logrado con creces los dos principales objetivos:
-Romanticísmo.
-Navideño.
Felicidades por ello y gracias por participar en la antología!!!
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